¡El catador no nace, se hace! La evolución biológica de las especies así nos lo indica. El proceso exitoso de adaptación durante 200.000 años favorables a las exigencias de un nuevo medio, requirió de una selección y adaptación genética y la modificación de hábitos, además de comportamientos para adaptarse mejor y progresar. Los catadores también deben modificar conceptos, metodologías y puntos de vista para adaptarse a los nuevos tiempos.

El ser humano trae consigo una genética heredada y se activa mentalmente partiendo de cero, sin embargo, no hereda el conocimiento, intelecto o aprendizaje de experiencias vividas por sus padres, solo hereda sus genes, su biología y fisiología. Como individuo y catador, su capacidad cognitiva tiene que construirse mentalmente en un largo camino hasta definir su ruta profesional.

Cada persona es un mundo con variaciones en su fisiología y anatomía, pero mientras se desarrolla mentalmente durante años desde su niñez, recibe infinidad de inputs que dejan impronta en su única configuración y que dan forma a su personalidad y actitud, como son: familia; amigos del barrio y compañeros de colegio e instituto o universidad; idioma; cultura y religión; nivel académico adquirido; estrategias desarrolladas para memorizar y comprender lo aprendido; grado de exigencia y capacidad de sacrificio adquirida para alcanzar sus primeros retos y objetivos; curiosidad y ambición; autoconfianza y seguridad; gestión de emociones y presiones externas; valores éticos fundamentales aprendidos; y como no, su innato funcionamiento mental, puede ser más pragmático o más emocional, o bien más frío o discreto, o quizás más dominante, y un largo etcétera que le define como individuo. Así, es fácil identificar la enorme diversidad entre perfiles de catadores que existen… cada uno es una matriz mental compleja que requiere conocerla para comprender mejor al catador profesional que lleva dentro.

La interpretación forma parte de la cata… y existen tantas interpretaciones como catadores. Sin embargo, a nivel profesional, el rigor y la objetividad son necesarios, es decir, que no vale todo y especialmente cuando un catador empieza a formarse. Éste necesita, además de contenidos sólidos contrastados y trainings guiados por personas preparadas, aprender cómo memorizar infinidad de nombres y numerosas metodologías, comprender innumerables conceptos y descubrir distintas habilidades o estrategias para gestionar el conocimiento y así poder emitir conclusiones y teorías argumentadas, para finalmente convertirse en un Wine Connoisseur, el escalón superior al de ser un gran Catador. En la esquina, le esperan infinidad de horas lectivas y prácticas de cata a unos niveles de reflexión y razonamiento espectaculares. ¡Un estímulo senso-intelectual sin igual!

Introducir el intelecto en la cata es sin duda una combinación perfecta para el desarrollo de cualquier profesional del vino, ¡es un apasionante estímulo y reto mental sin límites!

PD/: Como curiosidad, los vinos siempre terminan siendo evaluados por catadores profesionales, que los puntúan y valoran. Pero, ¿quién valida o comprueba si estos catadores están realmente cualificados para evaluar los vinos? Una formación solvente y contrastada sin duda es la primera validación.


David Molina is founder & Director Outlook Wine 2008, DipWSET & WSET APPSpain since 2009, IWC Judge since 2009, Wine Coach & Training. Barcelona Area, Spain

Highly skilled and experienced wine professional and passionatewine educator with strong interpersonal, communication and teaching skills. Founder of own wine school with over 6,500 studentstaught up to date, among who there are many wine professionals themselves, from winemakers and sommeliers to sales, marketing and communication staff.

Vast experience of 25+ years in the wine industry as a sommelier at2-and 3-star Michelin restaurants, a head of technical department and communication, director of national sales and export and as a wine educator. Outstanding teaching skills, attentive and quality-oriented.